Pero sería harta injustica terminar estas páginas con palabras de reproche a los hombres de la República. Cualesquiera que fuesen sus errores, pasar´qan a la historia como ejemplos de nobleza, de generosidad, de afán por construir una España mejor. Nunca estuvieron los destinos de la patria en manos más limpias ni más dispuestas a la tera de elevar al hombre español.