Como posibilidad o inexplorada vía frente a las «dos Españas», cuyagénesis puede remontarse muy atrás en el tiempo, la Tercera Españanace del desengaño y cobra forma, más mental que real, hacia el finalde la Guerra Civil, entre quienes soñaron una nación alejada de losextremismos. Amparado en la certeza de que esa posibilidad «vive en el corazón de muchos españoles», Luis Antonio de Villena rastrea la«geografía humana» vinculada a un conflicto secular entre lospartidarios o los nostálgicos de la tradición católica e imperial y la constelación de heterodoxos, librepensadores o reformistas que endistintos periodos disintieron de ese legado. El «desastre» del 98, la respuesta del regeneracionismo, la República malograda o la dictadura franquista fueron hitos de ese proceso que dividió a losintelectuales y alimentó la polémica sobre el ser o el problema deEspaña, relacionado también con la articulación del territorio.