Este impresionante testimonio surge de las entrevistas de Gitta Sereny a Franz Stangl, comandante de los campos de exterminio de Sobibor y de Treblinka. Durante más de setenta horas, a partir de 1972, cuando Stangl se encontraba en prisión tras ser juzgado por genocidio, la autora le entrevistó no sólo a él, sino también a miembros de su familia, a sus amigos, a las personas que le encontraron en su escondite en Brasil y a supervivientes de los campos de concentración.