Enseñar ciencias no es tarea fácil. Los contenidos y los métodos de enseñanza tradicionales no consiguen despertar el interés de los jóvenes ni el aprendizaje de conocimientos relevantes. Por ello no hay duda de que se deben revisar a fondo tanto las actuaciones en el aula del profesorado como las ideas que las fundamentan si se quiere que la ciencia llegue a ser un bien cultural al que acceda la mayoría de la población.
En este libro se reflexiona sobre posibles líneas hacia las que orientar los cambios, fundamentadas tanto en la investigación didáctica como en la práctica de aula. A partir del análisis de los puntos de partida y de los problemas que se dan en las clases de ciencias, se plantean alternativas y se proponen estrategias y recursos cuya aplicación ha sido ampliamente contrastada.