Ofrecemos aquí dos "manuales de instrucciones" para acumular deudas con elegancia y no pagarlas sin decadencia.
Se trata de dos escritos que revelan sendas formae mentis: una más política, otra más pilla.
Una que construye políticamente el derecho a tomar prestado (y no devolver), otra que lo hace teológicamente: un derecho económico que nace del agravio social o un derecho humano inscrito en la naturaleza del hombre, hecho a imagen y semejanza del Creador.