Estamos ante una obra colectiva excepcional. Es la expresión de la solidaridad cívica nacional e internacional con un juez, Baltasar Garzón, perseguido penalmente por el Tribunal Supremo de España por haber ejercido las funciones propias de un Juez de Instrucción: investigar delitos. Es decir, inocar un proceso y practicar las diligencias urgentes necesarias para el esclarecimiento de los hechos denunciados por los familiares de víctimas de desaparición forzada durante la guerra civil y la posterior represión de la dictadura franquista.