Las madres, huellas de la memoria es un libro sobre la función materna y su impronta en la constitución de la subjetividad y personalidad de las hijas e hijos.
El libro recoge en frases originales las voces de las madres, su discurso, lo que dicen sobre su tarea de madres. Son voces escuchadas en una consulta de psicoterapia (tanto pública como privada) o voces cazadas al vuelo en los espacios públicos (calle, trenes.). Esas frases conservan en todos los casos no solo el anonimato, sino su naturaleza de palabras emitidas por madres cuando hablan de sus hijos, sin referencias biográficas; son exclusivamente los decires de las madres sobre su ser madres. Un coro de madres, contrapunteado por cuestionamientos y reflexiones de la autora en calidad de escuchadora.
El coro de las madres va acompañado por el coro de la literatura. Si las madres son la primera voz, la literatura es la segunda voz de este libro que se plantea la pluralidad de las madres y muestra que no solo nuestra sociedad líquida ha superado madre no hay más que una, sino que cuestiona que la madre semper certa est, al tiempo que investiga y despliega la complejidad de la función materna desde el parto a la separación, los cambios y dificultades que una madre ha de afrontar y las pasiones en juego.
Las madres construyen memoria. Si la función paterna permite la operatividad de la memoria, la función materna es el lecho donde la memoria prende. Las madres con su acogida y reconocimiento simbólico son las transmisoras de la lengua, de las palabras. De esta transmisión depende el amor y los avatares que la memoria guarda, inscritos en el cuerpo o en los recuerdos.
Las madres se desarrolla in crescendo, tanto en el tiempo como en los sentimientos. Desde la maternidad hasta la edad adulta. Desde el amor y el deseo de hijo hasta las furias y las hostilidades que, consideradas tabú por la cultura, suponen siempre afrontar las barreras, no solo psíquicas, individuales, sino también sociológicas, culturales, epistemológicas.
