En la década de 1700, en París, una tal Jeanne de Saint-Rémy engañó alos joyeros reales con un collar hecho con seiscientos cuarenta ysiete diamantes asegurando que era la mejor amiga de la reina MaríaAntonieta. A mediados de la década de 1800, las hermanas Kate y Maggie Fox fingieron que podían hablar con los espíritus y sin quereriniciaron un movimiento religioso. ¿Cuántas mujeres después de lamuerte de los Románov han afirmado ser la Gran Duquesa Anastasia? Para Tori Telfer, el arte de la estafa femenina tiene una larga yvenerable tradición, y este libro es la prueba.