Después de casi dos siglos, un precioso códice iluminado vuelve a unmonasterio femenino situado a los pies de la cordillera Cantábrica. El Beato de San Andrés de Arroyo ùhoy propiedad de la BibliotecaNacional de Franciaù regresa al cenobio que lo poseyó duranteseiscientos años. Han sido incontables las gestiones necesarias paraque las autoridades galas lo autoricen. Todos los esfuerzos se dan por bien empleados porque la obra es la pieza estrella de una exposiciónsobre la que descansan muchas esperanzas. Sin embargo, las ilusionesgeneradas se verán truncadas cuando, la noche previa a lainauguración, el códice es mutilado.
El robo de dos páginas que contienen un misterioso mapamundi medieval desencadenauna carrera contrarreloj para recuperar una obra de arte que es muchomás de lo que aparenta. En los trazos que representan ciudades, maresy montañas se esconde un mensaje sobre el fin de los días que ya nadie sabe leer y que muchos parecen desear.
Miguel, unguardia civil que ha sufrido un duro revés en su carrera, y Rocío, lahija de un erudito sevillano desaparecido el día