Defensor del silencio y de la creación interior, Pedro Casariego Córdoba fue poeta y pintor por una necesidad expresiva que a él le parecía debilidad, pero que le ha llevado a ser valorado como un artista de culto. Escritor complejo y misterioso, dio por finalizado su proyecto literario en 1986, lo que simbolizó arrinconando su máquina de escribir, y se suicidó en 1993.
Cuando se cumple el décimo aniversario de su muerte, el presente volumen reúne el grueso de su obra poética, en parte inédita y en parte publicada fragmentariamente e inencontrable. En Poemas encadenados (1977-1987) se reúnen seis libros formados por poemas unidos mediante un hilo argumental (La canción de Van Horne -inédito-, El hidroavión de K, La risa de Dios, Maquillaje, La voz de Mallick y Dra), y todos los poemas sueltos escritos entre 1979 y 1986, con el colofón de uno manuscrito de enero de 1987. Tan amplia propuesta pone al alcance del lector el privilegio de la lectura inolvidable de una obra singular, vanguardista y radical.
Para Ángel González, como se lee en el prólogo, Pedro Casariego era «un artista intrigante y misterioso [...] sin par en la literatura española de su tiempo», un escritor cuya «incuestionable originalidad no es algo buscado, sino un hecho que se deriva espontáneamente de una actitud ante la escritura que, en el panorama de la literatura española de finales del siglo xx, no comparte con nadie», un autor que en su afán de secreto no pudo evitar que de una «obra literaria tan insólita como compleja» emanara limpiamente la certeza de lo que real y dolorosamente fue: «ante todo poeta, un espléndido poeta».