La colección de cuadernos AutisMIND ha sido pensada para estimular el desarrollo de la Teoría de la en niños con Trastornos del Espectro Autista. Es una herramienta de apoyo para ayudar a padres y profesionales a trabajar las habilidades mentalistas y enseñar a los niños a ponerse en el lugar del otro, ajustando su propio comportamiento para adaptarse al contexto. AutisMIND consta de 10 cuadernos que abordan diferentes aspectos precursores de la Teoría de la Mente: Atención conjunta, Emociones básicas, Emociones complejas, Percepción global, Interpretación de emociones por el contexto, Anticipaciones, Sensaciones físicas, Simbolización, Los sentidos y Perspectivas visuales. Cada cuaderno contiene más de 100 ejercicios y 5 niveles de dificultad creciente, en base al desarrollo neuro-típico del niño y han sido elaborados por un equipo multidisciplinar de psicólogos, psicopedagogos y logopedas, junto la participación activa de las familias.
Reconocimiento facial de emociones secundarias
¿Cuáles son las emociones secundarias?
En este cuaderno se trabajan la vergüenza, el aburrimiento, la angustia o nervios y el asco. Emociones menos comunes que las primarias pero usuales en el día a día. Por ello es igualmente importante saber identificarlas para comprender lo que les sucede a los demás y poder dar una respuesta adecuada a la situación. También es importante trabajar la capacidad de insight, para que el niño aprenda a reconocer cómo se siente él mismo, permitiendo controlar y autorregular mejor las emociones.
Este cuaderno trabaja la identificación de las emociones para aprender los rasgos característicos de una expresión. Son los ejercicios previos para luego en el cuaderno 5, abordar aspectos más complejos de la interpretación emocional, más allá de la gesticulación con el rostro, que muchos pueden aprender utilizando la memoria.
¿Qué importancia tienen para el desarrollo de la Teoría de la Mente?
Al reconocer una emoción determinada en el otro, será más sencillo empatizar y evocar una respuesta adecuada al contexto. Por otro lado, estudios con neuronas espejo han demostrado que resulta más fácil entender lo que el otro siente cuando reproducimos la emoción que observamos; así pues, la práctica activa para simular y reproducir diferentes emociones facilitará también el posterior reconocimiento y empatía.
La identificación, comprensión y posterior regulación emocional son habilidades vitales para el desarrollo bio-psico-social de todo individuo. Alteraciones o dificultades en la gestión emocional pueden generar problemas graves de adaptación al entorno, al dificultar inequívocamente las relaciones sociales, causar malestar subjetivo e interferir en la integración funcional en el entorno escolar, laboral, familiar, etc.
En añadido, un elevado porcentaje de las personas con autismo muestra Alexitimia, término griego que se refiere a una incapacidad para leer y/o expresar los sentimientos. Si bien es falso que no puedan sentir y expresar las distintas emociones y empatizar con los demás, pueden tener dificultades para identificar los sentimientos propios y ajenos, problemas para manejarlos, y pueden expresarlos de manera diferente, no siempre de la forma socialmente esperada.
Por otro lado, la percepción sensorial de la información también es diferente en las personas con TEA y pueden tener mayores dificultades para integrar toda la información perceptiva relativa a una cara, una situación o un contexto determinado, por lo que puede resultarles más difícil interpretar lo que está sucediendo y evocar una respuesta adecuada; más aun cuando se trata de aspectos socio-emocionales.
Por todo lo comentado, se propone empezar por el reconocimiento facial de emociones. Una vez adquirido, se seguirá trabajando para que se comprenda la relación existente entre una situación y una emoción, es decir, los antecedentes que preceden a un sentimiento y las consecuencias. Así posteriormente se podrán introducir aspectos más complejos como la enseñanza de la relación entre deseo y emoción, creencia y emoción, etc.