En este libro se presenta el itinerario vital, estético y emocional recorrido por Henry James desde su llegada como turista al hotel Barbesi con 26 años hasta la partida casi cuarenta años más tarde. Con toda su belleza expresiva, la elegancia de las ideas y el inconfundible estilo de oraciones que se alargan engarzándose con un débil hilo de guiones, el lector sucumbe al hechizo veneciano que centellea en la correspondencia. Al mismo tiempo, la expresión más personal de James no omite cortésmente las identidades de los expatriados norteamericanos, ni los apuros económicos que hacen pedir al escritor anticipos a los editores, ni su entusiasmo por un lucrativo éxito teatral, como tampoco los problemas de salud, las opiniones sobre cuestiones familiares o incluso el eco de cotilleos de la sociedad veneciana.