La poesía de Caulfield es Aquí aparecen, de nuevo: son estas criaturas de Beneyto, tan fáciles de ver en su impacto óptico, tan difíciles de describir en palabras y sensaciones; muy fáciles ?y muy difíciles a las vez?, toda una vida con ellas de ver y de describir y de materializar para Beneyto, que ha conquistado estos seres en la zona de lo que Cirlot llamaba El no mundo. Explosiones, destellos, apéndices como espadas ??¿Espadas como labios???, trazos suavísimos que escapan de sí mismos o trazos-proyectiles a lo absoluto. El visionario prosigue su alucinado soliloquio / pluriloquio / loloquio con lo inimaginable esencial, entre el sobresalto y la maravilla, entre lo pánico y los poderes de la plástica: un reencuentro con lo esencial.
Texto de entrada de Pere Gimferrer, ?Prolegónomos?.