No era don Fernando Castiella un político al uso, ni siquiera enaquellas circunstancias anómalas que constituían el «Régimen del 18 de Julio». Tenía claro desde el principio de su ministerio en el otoñode 1957 que su impronta en el Gobierno del general Franco tenía quedejar patente una vocación de llevar a la entonces traumatizada España a un evolución interna que nos devolviera a la familia de nacioneseuropeas. Todas sus iniciativas pretendían empujar al anquilosadoRégimen a reconocer la necesidad de adaptarse a un mundo internacional que nos mantenía excluidos de los pasos de gigante que daba paraforjar un futuro del que nos quedábamos atrás. De los múltiples ycomplejos temas que hubo de abordar ?los Acuerdos de Defensa yCooperación con EE. UU, los primeros pasos hacia la integración deEspaña en la Comunidad Económica Europea o la cuestión de Gibraltar?.El autor, que formó parte del Gabinete Técnico del ministro, recuerdacómo se vivieron desde allí los diversos capítulos.
