La historiadora Laura Miró resigue en este libro el impacto que tuvo en la comunidad chueta la inauguración del Instituto Balear (1835). Este centro, que cubría la etapa de educación secundaria, previa en la universidad, fue el primero que admitió la asimilación de los chuetas en la educación. En este sentido, la eclosión del Instituto permite al grupo marginado prosperar mediante los conocimientos y poder optar al ejercicio de profesiones que les habían sido vetadas hasta entonces.