En la Eneida (6, 268) hay una doble hipálage que Borges se encargó de celebrar: " Ibant obscuri sola sub nocte per umbram " . En cierto soneto referido a " un soldado de Urbina " , en aquella zona de sombra en que don Quijote y Sancho tal vez no soñaban aún con atravesar " el fondo de algún sueño " , Borges recordó la hipálage virgiliana para evocar a Cervantes en otro endecasílabo: " erraba oscuro por su dura España " .
Durante su vagabundeo por la dura España de finales del XVI, Cervantes conoció ventas y caminos, pícaros de toda laya y clérigos hostiles, farsantes de barbas postizas y creadores de " tramoyas, nubes, truenos y relámpagos, desafíos y batallas " . Quizá también algún caballero insomne. No es improbable que de ahí surgiera la confesión de don Quijote, que es la suya: " Desde muchacho fui aficionado a la carátula, y en mi mocedad se me iban los ojos tras la farándula " . Es seguro que aquel mundo contenía en germen el inagotable universo de sus novelas.