Prólogo de José María Lassalle. Después de siete meses de resistencia abisinia, el 9 de mayo de 1936, las tropas italianas desfilaban, al fin, por Addis Adeba y en Roma la noticia se festejaba con la proclamación de un nuevo imperio: el rey de Italia, Víctor Manuel III, era el nuevo emperador de Etiopía. La indignación que este atropello a la vieja nación africana causó al periodista y por entonces Fiscal General de la República, Eduardo Ortega y Gasset, le había llevado a publicar unos meses antes este título que ahora el lector tiene en sus manos.