Decir la verdad y no negar el dolor. Esa debería ser la labor no solo del intelectual, sino también del poeta. Posicionarse, especificar desde dónde se escribe y posibilitar espacios de libertad que deshagan o desdigan el discurso del poder.
La poesía de García Linares cuestiona el mundo que nos rodea y aborda problemáticas tan candentes como la inmigración, la memoria histórica o el sufrimiento de los niños en los conflictos bélicos.