Resulta difícil creer la fama que rodea a Yamamoto Kansuke como genial estratega
militar y samurái feroz. Entrado en años, y con una visible cojera de
una pierna, es tuerto y lastimosamente bajo de estatura. Sin embargo, el lector
no tardará en comprobar, a través de la sutil y evocativa pluma de Yasushi
Inoue, que, a pesar de su físico, le sobran inteligencia y espíritu combativo.
Fūrinkazan. La epopeya del clan Takeda relata la vida de un rōnin -nombre
con el que se conocía a los samuráis que se convertían en vagabundos- de
excepcional destreza que logra, con creatividad y determinación, convertirse
en el brazo derecho de Takeda Shinguen, jefe de uno de los tres clanes
que se disputaban la supremacía del territorio nipón en el siglo xvi.