En la última década la discusión sobre la universidad cobró gran actualidad, motivada por una variedad de fenómenos como las agitaciones estudiantiles y una lamentable sucesión de fenómenos de corrupción. Estos acontecimientos motivaron que hasta los medios masivos dedicaran su atención a la cuestión universitaria y, en particular, se hizo oír también la voz de los profesores sugiriendo propuestas de moralización y reglamentación. En suma, la universidad parece haberse convertido al fin en un tema de discusión pública y abierta. En sintonía con lo dicho, Ideas para el gobierno. La universidad propone una variedad de ideas y mociones nuevas -"Once cosas que se deben hacer enseguida"-, siendo éstas tanto suaves como drásticas, para que la universidad empiece finalmente a funcionar como debería, y fija como medida fundamental la adopción de rigurosos criterios de calidad.
