En este libro se trata de cómo se relaciona nuestra imaginación con esas dos realidades que son el lenguaje (nuestro hablar y nuestro escribir), y la sociedad (nuestra práctica social y política). En el primer caso estamos en el mundo de la Retórica y en el segundo en el de la Utopía: imaginando siempre relaciones que no hay en la realidad actual pero que podría llegar a haber, para bien o para mal. En este último caso -"para mal"-, entramos en el mundo, ya de la retórica mala, ya de las temibles "distopías"; mundo al que no quisiéramos que se llegara nunca, pero que nos amenaza con imponerse, paradójicamente, cuando tratamos de hablar y de escribir mejor que ahora y, sobre todo, de construir un mundo mejor ("otro") que éste en el que ahora vivimos.
Particular interés tienen los muchos pasajes que el autor dedica a la lectura de grandes autores de ficción, como Julio Verne, y, en su conjunto, a pesar de la complejidad de los temas, la obra se hace leer con el interés con que son leídas las buenas novelas.