En medio de una profunda crisis económica con dramáticas consecuencias sociales es necesario reconstrui alternativas que trasciendan el agotamiento de los discursos al que le devenir político nos ha traído. Tal reelaboración sólo puede acometerse desde esa convicción que Gilles Deleuze expresaba diciendo que "se empieza siempre por la mitad".
No hay punto cero desde el que partir, como tampoco lugar privilegiado desde el que acceder a una visión de totalidad. Estar situado "en la mitad" es ubicarse en medio de los acontecimientos, tratando de arrojar luz sobre hechos y dichos. Para una izquierda que se busca a sí misma, rescatando, entre otras, una herencia socialdemócrata hoy acosada por unas derechas que de nuevo se reorganizan bajo claves neoliberales y neoconservadoras, la acción política tendrá sentido si abre caminos de transformación en nuestra compleja realidad social.