Sabino Arana construye su partido sobre el molde de un institutoreligioso, la Compañía de Jesús, de quien Sabino fue alumno yapologista. La doctrina ignaciana respalda su visión maniquea centrada en la oposición al ?enemigo? y para ello la exigencia de unaorganización altamente disciplinada, de totales disciplina y sumisiónal objetivo sagrado y a los medios que define el Superior. Una ordenreligiosa se convierte en patrón de un partido político. Pero lafijación de los principios debe ser compatible con la flexibilidad enlos medios. Tal será la clave del éxito sabiniano, en sus dosvertientes, de adecuación a las exigencias para avanzar y demovilización por el odio al ?enemigo?, España. Esta última dimensiónserá la que lleve de Sabino a ETA, ligada esta al PNV por la finalidad común de independencia. Este libro se dirige a recordarlo.