Según las asociaciones médico-científicas del mundo, la leche materna es la mejor de todas. La primera fuente de alimentación a que tenemos acceso nos la proporciona nuestra propia madre. Es pues, un regalo de la naturaleza que debe durar los primeros seis meses de vida. No obstante, cuando las circunstancias desaconsejen la lactancia natural o ésta deba suspenderse prematuramente se utiliza un sucedáneo de la leche materna, mediante lactancia artificial o fórmulas adaptadas, que generalmente son un derivado de la leche de vaca. La lactancia artificial debe basarse en fórmulas adaptadas para lactantes, de inicio durante los primeros cinco a seis meses y de continuación a partir de esta edad. Hay situaciones problemáticas para el lactante que además requieren añadir a su composición ciertas sustancias con el propósito de parecerse lo máximo posible a la leche materna en cada caso.
