Los relatos póstumos que componen Laúd y cicatrices fueron descubiertos y recopilados a partir de manuscritos inéditos de Kis escritos entre 1980y 1986. Lejos de ser material de aluvión, todos ellos convergen en un libro que adquiere unidad por la soberbia dicción y el tono de la narrativa de uno de los mayores escritores del siglo XX.