Este estudio nace como consecuencia de varias experiencias personales procedentes de una infancia rodeada de una serie de culturas en las que crecí y con las que me fui educando. Una cosa que siempre me llamaba la atención era que los mensajes que se transmitían desde esas culturas diferían mucho entre sí, a pesar de que se refiriesen a los mismos fenómenos. De todas ellas, las más contradictorias eran las rocedentes de nuestro sistema educativo y del sistema educativo inglés en y con los que me eduqué. Ahí fui donde aprendí que el pobre Felipe II ¡tenía dos caras!
Durante la adolescencia esa preocupación, inquietud o curiosidad, pasó a primer plano. Me imagino que como consecuencia de querer hacer cosas que en aquel entonces no me estaban permitidas por el mero hecho de pertenecer a un género, haber nacido en un sitio, tener una determinada edad o proceder de una familia concreta.
Esa rebeldía (herencia directa por vía materna), me hizo cuestionar muchos de los mensajes que recibía, y fue generando en mí una curiosidad por su procedencia que desde entonces, ha guiado mis pasos.
