ALONSO FERNÁNDEZ - CHECA, JOSÉ FELIPE
El metro de Madrid es ya centenario. Atrás ha quedado ese 17 de octubre de 1919, cuando en presencia de Alfonso XIII comenzaba a funcionar un convoy en una línea de 3,5 kilómetros que unía las estaciones de Cuatro Caminos con la Puerta de Sol. Desde entonces muchas cosas han pasado, hasta llegar a este horizonte de 2023 y contar con más de trescientos kilómetros de conexión, con doce líneas corrientes y tres ligeras.
Mucha historia, sí, pero quizás poco conocimiento de una singularidad especial: la de conocer el porqué del nombre que reciben o han recibido las diferentes estaciones que prestan su servicio. Se puede pensar que muchas de ellas lo único que hacen es servir de referencia al lugar que ocupan. Quizás en algún caso sea así, pero
no en todos lo es; en muchos casos aportan su granito de historia a la de la capital.
¿Se han preguntado por qué Embajadores se llama así? ¿O las Ventas? ¿O por qué en los barrios más modernos hay numerosas referencias a países o ciudades de todo el mundo? ¿Qué artistas, literatos, actores
cuentan con una boca de metro y por qué? ¿Quiénes son los políticos que han merecido protagonizar una estación? Pues a todo eso se puede encontrar respuesta en esta obra que analiza con brevedad el porqué de cada nombre, añadiendo la curiosidad oportuna que se desprende de cuando se menciona una u otra, así como los cambios que ha podido tener en su denominación a lo largo del tiempo, caso muy particular de Ópera, sin ir más lejos.
El metro madrileño ha cumplido esos más de cien años con un desarrollo importante que le ha convertido en uno de los mejores transportes de este tipo del mundo, y continua trabajando para llegar a más zonas de la capital en el futuro próximo.