Como si la frase de Hobbes "fuera del Estado, ninguna seguridad" hubiera sido interpretada de modo a primera vista paradójico: excluyendo la seguridad precisamente para afirmar continuamente al Estado; planteando un dominio protegido sólo en tanto deja aparecer un peligro; volviendo a poner en juego lo interno y lo externo, al amigo y al enemigo, la vida y la muerte como polos de una relación dinámica constante.