Un día, en una comida azarosa, Julio no puede evitar oír la conversación y las bromas de unos camioneros sobre el mercado sexual en uno de los barrios próximos a su trayecto habitual. Como reconocerá él mismo, ese día será el principio del fin. Guiado por una pulsión desconocida, Andrada se sorprenderá acudiendo al atardecer en coche y contratando los servicios de Daiana, una adolescente que le provocará un borbotón incontenible de deseo. Y quien ha sido un vecino y empresario modélico, preocupado por la buena imagen de su familia y atento a la comunidad, organiza con aplomo y fría inteligencia su doble vida. Poco a poco la situación precisa de decisiones rápidas y de comportamientos cada vez más resolutivos y comprometidos.