Dedicado a todas las personas víctimas de acoso escolar y a sus familias. Que cada día seamos más conscientes de la importancia del respeto a nuestros semejantes para cambiar esta sociedad en la que, para conseguirlo, debemos estar todos muy unidos.
PRÓLOGO
"El colegio es la jungla. Estas palabras, cuando tienes hijos, sobrinos, o cualquier pequeño cerca al que cuidar y mimar, no te dejan ndiferente. Pero cuando descubres que hay cada vez más llamadas por acoso escolar y que éste tiene serias consecuencias a largo plazo, incluso peores que las que deja el maltrato físico intrafamiliar, empiezas apreocuparte. La Policía Nacional mandó un claro mensaje para atajar el terrorífico acoso escolar:
Nos da igual si eres alto, bajito, más gordito, menos, llevas gafas o tienes pecas, eres único y nos encanta cómo eres. No dejes que ni ngún compañero de clase se ría de ti, te acobarde o te discrimine. Los padres hemos de fomentar el respeto ya que la principal causa del acoso es por ser diferente. También hemos de saber que las redes sociales les expone n a un acoso permanente. Se habla incluso de violencia psicológica vía WhatsApp. Su uso es excesivo y contando con los famosos grupos, la espiral es incontrolable.
Las secuelas que dejan las humillaciones, los insultos, las burlas, la marginación del grupo o las vejaciones repetidas por parte de los compañeros son peores que las provocadas por el maltrato en el entorno familiar porque provocan mayor susceptibilidad de padecer problemas de salud mental al llegar al final de la adolescencia. En el colegio comienza a perfilarse la vida social, importantísima porque somos animales sociales: nos necesitamos unos a otros, y ser agredido por tus iguales supone un gran desequilibrio que destruye factores vitales de nuestra personalidad.
Gracias Javier por tu libro y espero que esos pequeños acosador es que destrozan a quienes están empezando a vivir sanen su conducta y no acaben convirtiéndose en un auténtico peligro para una sociedad en armonía."
Irene Villa. Periodista y psicóloga.
