En la sociología española, y más en concreto en la sociología de la cultura, hay un vacío que esta investigación pretende comenzar a colmar. Existe abundante investigación sobre los valores, sobre la religión y los sistemas de creencias, sobre el conocimiento y el discurso; trabajos valiosos, aunque escasos, sobre el campo artístico; pero el ámbito específico de las prácticas culturales, tal y como se entiende en contextos próximos (Francia, Canadá, Inglaterra), apenas se ha cultivado entre nosotros. La evolución de los equipamientos culturales de los hogares españoles en las últimas décadas es un buen indicador de un nuevo paradigma comunicativo: en 1968 sólo un 38% de los hogares tenía televisor y un 19% teléfono fijo. Hoy día, la inmensa mayoría dispone de diversos receptores, un 92% de teléfono móvil y en torno al 70% de algún tipo de ordenador.