No es frecuente, a pesar de la risa de Demócrito y la sonrisa de Spinoza, que los filósofos muestren, como Simon Critchley en Sobre el humor, una capacidad tan señalada para parodiarse a sí mismos y convertir el humor -la risa y la sonrisa- en un motivo de reflexión. Una reflexión que se traduce en una oportunidad de hallar una fenomenología que ilumine lo cotidiano y sea capaz de aportar un mecanismo crítico -personal y social- de gran alcance. Riguroso y ameno, erudito y coloquial, Critchley asienta su pensamiento en obras de una gran variedad de autores y allí explora la miseria humana con la esperanza de descubrir en ella nuestra verdadera grandeza.
Las numerosas reediciones y traducciones del texto original advierten de que hay un mundo de lectores dispuestos a pasar un buen rato leyendo este libro sin olvidarse de la exigencia infinita que la filosofía nos plantea: acordarnos de vivir más que aprender a morir.