Entre la actividad y la inactividad, un estad de equilibrio. Como la ola, entre el avance hacia la playa y el retroceso hacia el mar. Un estado que derrota la tiranía de la trama basada en la conexión causal, con su distribución horizontal de temporalidades que divide a los hombres entre los privilegiados que gozan del conocimiento y el ocio (hombres que tienen tiempo) y los condenados al mundo restrictivo y repetitivo del trabajo (los hombres que no tienen tiempo).