Los libros de aforismos hay que leerlos como quien busca pepitas deoro en un río.
El luto se ha sustituido por las gafas desol.
Cometemos el error de pensar que estar vivos es normal y corriente cuando es excepcional y asombroso.
No poder volartambién es una minusvalía.
Los que mueren ahogados al salvara otro de morir ahogado se merecen una estatua en la costa.
Las enemistades suelen ser amistades estropeadas.
Confundir la religión con los curas es como confundir laliteratura con los malos escritores.
Con los que no leen sepuede hablar pero no se puede dialogar.
Ramón Eder(Lumbier, Navarra, 1952) es un aforista singular y, sin duda,necesario. Estudió filosofía en la Universidad de Vincennes (París), y no ha mostrado el menor interés por los géneros literarios mejorvendidos, como la novela o el ensayo. Cuando se decanta por alguno delos géneros históricos, como la poesía lírica (Axaxaxas mlö, 1985,Lágrimas de cocodrilo, 1988) o el relato breve (La mitad es más que el todo, 1998), no oculta su actitud irónica y su ánimo ciertamente