Comensales, consumidores y ciudadanos nos sitúa ante una realidad clara: que la alimentación no es una actividad banal sino que, por el contrario, despliega una gran diversidad de manifestaciones en todos los ámbitos de la vida, alrededor de las cuales se estructuran las formas de producción, distribución y consumo. La alimentación trasciende, así, la función
nutritiva para convertirse en un marcador de nuestros comportamientos, y de ello se habla en este libro: de cómo más allá del ser humano que se alimenta existe un comensal que experimenta sensaciones y experiencias diversas, un consumidor que tomas sus decisiones en un mercado que persigue influirle por diversas vías y un ciudadano que plasma valores, ideologías y actitudes políticas en su forma de alimentarse. Cuestiones como el debate sobre los alimentos transgénicos, los trastornos alimentarios (anorexia, bulimia...) o las reacciones ante las crisis alimentarias permiten a los autores ilustrar perfectamente estas interacciones.