El encaje de Cataluña dentro de España ha sido y es una de las cuestiones más conflictivas que ha definido la trayectoria histórica del estado español. Variados y diferentes argumentos han servido para definir a Cataluña como una simple región o como una entidad nacional con un proyecto federal o confederal. El debate en cuestión adquirió un grado de mayor complejidad en la medida en que formó parte de la trayectoria de una de las tres grandes ideologías que marcaron el siglo XX, el comunismo. Sin lugar a dudas,
durante los años treinta y cuarenta los comunistas afrontaron no sólo qué lugar debía ocupar Cataluña dentro de España, sino también cómo debía aplicarse su proyecto político en Cataluña y qué tipo de relaciones tenían que establecerse entre las dos formaciones que se proclamaban representantes de este movimiento en el estado español, PCE y PSUC. La dependencia de ambas formaciones respecto a su capital ideológica y financiera, Moscú, así como su oposición al modelo de España diseñado por Franco, condicionó notablemente su proyecto y generó un escenario único e irrepetible.