Según los especialistas tenemos tres edades: la cronológica, que viene marcada por la fecha de nacimiento; la biológica, determinada en general por el estado de salud y el aspecto externo, y la emocional, marcada por la actitud vital. Por esto, en cuestión de estilos de vida, hay que entender más de las edades biológicas y emocionales que de las cronológicas que, lógicamente, en países desarrollados y con grandes expectativas de vida, se encuentran totalmente desfasadas.
El concepto de vejez cambia y, el mercado, las empresas y los medios de comunicación también han cambiado para a atender las nuevas demandas (los viejos consumen en función de la edad que sienten, no de la que tienen). No hay más que observar la publicidad, para ver que los mensajes han sufrido una gran transformación; el nuevo mensaje publicitario se lanza en positivo mostrando a los viejos con una vida abierta, rica, apasionada y apasionante. La prolongación de la vida, prolonga también su participación en el consumo y en el ocio, transformándolos en un colectivo que gasta, viaja y vive de forma activa.