Es muy difícil cifrarla ya que solamente se detectan una pequeñísima proporción de los casos reales, dado que una pequeña parte de los casos acude al hospital o al Juzgado, como un iceberg. Los factores que influyen en el desconocimiento de la magnitud del problema son la falta de estudios epidemiológicos y la omisión de los profesionales de comunicar los casos. Este es más frecuente en niños que en niñas, que muchos de ellos lo han sido en más de una ocasión y que se da en todas las edades pero que es más frecuente el maltrato físico en menores de 2 años y el abuso sexual en niños mayores de 9 años y más frecuentemente en niños/as de entre 12 y 15 años. El maltrato infantil se da tanto en países desarrollados como en países en vías de desarrollo. Un dato muy desalentador es que sólo el 2.4% de los/as niños/as del mundo están protegidos jurídicamente contra el castigo físico en todos los entornos. El maltratador es habitualmente un hombre: el padre, cuidador, familiares u otros varones en contacto con la familia. La mayor parte de los padres que abusan de sus hijos/as, habían sufrido ellos también la misma situación en su infancia. Puede producirse en familias de cualquier nivel económico y educativo. No siempre es fácil su diagnóstico, muchas veces ni siquiera llega a sospecharse.
