La comunidad científica ha puesto de relieve la existencia de amenazas globales para el medio ambiente que representan un motivo de preocupación común para la humanidad, incluso en un momento en el que las cuestiones económicas acaparan la mayoría de los espacios informativos. La opinión pública mundial ha ejercido su presión desde hace décadas sobre los gobiernos nacionales con el fin de encontrar una respuesta articulada a nivel global que esté a la altura de la magnitud de los problemas a que se enfrenta el planeta, pero el resultado ha sido hasta ahora tan solo la adopción de una pluralidad de instrumentos convencionales que fragmentan la acción internacional.