¿Quién puede decir hoy en día cómo serán las revoluciones de nuestro siglo? ¿Quién puede predecir, en un mundo que se resquebraja mientras se globaliza, cómo podrán las revoluciones locales o nacionales transformarse en una revolución mundializada? ¿Quién puede pretender conocer las llaves y formas de las libraciones por llegar? ¿Y quién puede prever, para evitarlas, las viejas y nuevas opresiones que puedan brotar entre la ruinas del viejo mundo?.
Y, sin embargo, el viejo topo sigue cavando. Y, sin embargo, el fantasma siguer sonriendo. Porque la historia no ha terminado y la eteranidad no es de este mundo. Todo es aún posible.