Los movimientos de indignados y las protestas en todo el mundo muestran un deseo compartido de encontrar soluciones frente a las cuatro crisis: económicas, ecológicas, políticas e interculturales. Las nuevas experiencias han conseguido emocionar y transmitir que es posible desbordar el molde establecido por las ideologías, los valores dominantes y la política tradicional; pero para seguir avanzando es necesario ir sumando aprendizajes de las experiencias previas.